Y
se acabó el año…
Este debería
de ser un post reflexivo pero más que eso es terapia mental para mi espíritu quebrantado.
Este año fue interesante y difícil a la vez, pasaron muchas cosas y cada una fue
más fuerte que la anterior, no tengo las palabras suficientes que alcancen a
describir el sentimiento que despertó cada uno de estos eventos en mi
existencia.
Hoy se termina
un año más o quizá puedan verlo como un año menos. Y nosotros seguimos aquí y
antes de levantar la copa y atragantarse de uvas, piensen, piensen en todas
esas personas que se adelantaron y ya no se encuentran con nosotros, toda esa
gente que uno va absorbiendo y viviendo por ellas, no dejemos que nuestra vida
sea una vida sin sentido, sin propósito, sin ganas. No desprecien la amistad,
no le cierren las puertas al amor, extiéndanle las manos al conocimiento y a la
humildad. Den los buenos días o las buenas tardes, beban agua y compartan una
botella de vino ocasionalmente con sus amigos pero sobre todo, sean felices.
Hoy levanto mi
copa y viviré por todas esas personas que representan algo para mí, y por cada
una de ellas, hoy sonrió y les deseo toda la felicidad que se deseen así
mismas.
¡Hoy brindo
por la vida, chingado!
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